domingo, 20 de diciembre de 2009

Bus navideño



Todo es navidad. Claro estamos en diciembre, entonces todo es navidad y cosas bonitas, familiares, de buen agrado, buenas maneras, felicidades. Todo es navidad. Los buses, y transportes públicos se llenan de gentes felices, alicoradas de alegría, trabadas (stoned) de sanos y bellos deseos.

Todo es droga mi perro, todo es vicio… ese man si era un parado…tenía las re lucas y le gustaba la mera calle… ese mancito si que sabía que era la mierda en pipa y vivir en la buena de la olla…


Carajo, dónde putas me subí… Expreso marihuana, y bazuco (crack), me miran de reojo, luego de frente, siguen en lo suyo. Yo me devuelvo y pienso que mejor no, que adelante no me siento. Si les veo la espalda, tengo tiempo de reaccionar si les da por ponerse fantoches.

Dos calles más adelante, se sube una familia entera. Dos abuelas, tres tíos, sobrinos, bebes de brazos en los brazos de las esposas de los tíos. La abuela mayor le dice al trabuco mal hablado… mijo, dele el puesto a la señora, no ve que va con un bebecito… desconsiderado…

Si señora, pero no me regañe…

Que ternura de drogadicto matón, pensé. Intentaron seguir su profunda charla acerca de cómo es que es bueno morir de sobredosis o en medio de una fiesta de bala y puñal. La abuela menor les dice: gamines asquerosos, cállense o los bajo a palo… luego vino el golpe seco en la cabeza por parte de uno de los tíos, mientras le decía, que respetaran, que el bus iba lleno de mujeres…

Si señor, pero no me pegue…

Uyy jemadre, pensé, se les acaba la bravuconería… estamos mal hombre… en mejores tiempos pasábamos desapercibidos, nadie nos regañaba y si tocaba sacar el boquifrío (revolver) nadie chistaba nada, hasta los nenes, entregaban pañales cagados… me siento viejo, las cosas han cambiado mucho…

Me bajé en una esquina, dos borrachos se estaban rompiendo la madre a botellazos… qué maravilla la alegría de la navidad…

Vida triste ala, tengo una tembladera rara en la mano izquierda… abuela de mierda, le hablo fuerte al matoncito, y lo peor, nadie hizo nada.

L cuando vuelvas… te invito a un paseo nocturno en uno de estos amorosos carritos.

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