jueves, 10 de diciembre de 2009

Pequeña canción



Damos un rodeo sobre la corteza y la razón.
Bailamos en la cabecera del cansancio, levantamos la mano///mal olientes andan los brazos, las piernas. Mañana debo lavar todo.
Suele hacer tanto calor aquí adentro,
Suelo querer arrancar la piel de forma lenta y aturdida.
La sangre al calor de su salida suele enfriar el movimiento
Han sentido alguna vez, en medio de la histeria, cada borbotón empalagando la salida.
La boca seca.
Evacuamos y el frío refrescante de los días por fin llega.
El sabor es dulce, emocionante, inexistente…
Mierda… no hay posibilidad de dejar las cosas amontonadas en un solo sitio… las cosas se agrupan, eso decían en el colegio. En el centro de un círculo metían peces, perros y otras pendejadas para enseñar la lógica del montón. Siento las piernas amontonadas, el ruido de la calle… ya no más calle…
La realidad se presenta en una paleta de colores (mis colores) y esos vienen con olor…
Cuatro horas de infantería
Pies inflamados…
Dolor en la gana… Desde un rincón me hacen señas… yo no quiero ir, o volver…
L te juro que no quiero… no que no, que no…
El deslumbrante canto de un pajarito traspaso las hojas… y yo no recuerdo una sola canción de cuna…

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