martes, 28 de diciembre de 2010

Intermitente




Seguir una rutina incauta que me muestre un equivoco entender.

Desacostumbrar.

Enfermar de quietud, de lentitud y recibir el viento bajo el aleteo de mis polillas.

No vienen días enteros y los retazos abren un camino cobrizo en mensaje intermitente, más tenue que en luz de sueño. Me ayuda mecer la que no gusta con ser rutina y el querer viene, se queda, hace fuego de comida para… nadie llega, eso lo veo por mi ventana, creo que la ausencia ilumina, es alucinación de cara a nuestra piel ardiente. Ya no vienen más, no es necesario tenerlos entre nosotros, se han ido sin volver a ver el montón de sal derramada en la puerta de la ciudad.

martes, 16 de noviembre de 2010

Vuelta



Salir del mismo sitio en el que he dado vueltas durante un par de segundos y tener la sensación de no conocer nada. Salir a ver como es que duran los pasos y los dientes, pocas cosas me recuerdan que tengo que estar entre ustedes. Salir a gritar un poco, soltar una andanada de insultos sobre la cara de alguien que sé no va a decir nada; no ve mis palabras, no las veo yo. Saltar sobre la puerta de salida. Salir sobre los saltos de la entrada. Recordar la circularidad de todo lo que parece ser cíclico, ver esos bordes filosos acercándose, mientras giran, acercar un dedo, una cosquilla que se vuelve masaje, un borde amplio que abraza y no deja salir. Todas palabras sin reverso, de un solo sentido, pretendiendo compartir.
Una imagen, dos, tres, la invención de nuestras líneas. Un bostezo tras otro, las manos... Salir y volver a salir.

lunes, 25 de octubre de 2010

Bocanada



Son líneas, mis líneas; Heridas postreras que limpian

Piel abierta que se mofa; lugares sobre el viento

Exangües de mi; suciedad almibarada en reflexión. Reflejo.

Entonces gracias al miedo soy un viajero del tiempo que desea tanto y me imagino

Ayer siempre, sábados quietos, de domingo hijo. Pesar.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Salto




Llevo mucho tiempo pensando como hacerle entender a las cuatro esquinas circundantes que ser peor cuesta… y ser, cuesta más.
Ansiedad que se revuelve desesperada con el disgusto de mi ropa al encontrase lado a lado a trajes que no revientan nunca…

Pasaron los días de volar aire ajeno, no hay reminiscencias, no hay gusto por abrir los ojos y ver viñetas… el juego se acabó y esto que no tiene más que un gusto extraño a forastero, no empieza…

Camino de vuelta, de ruedo y espesura.
Salto de miedo
Mueca, aviso de vuelta en pendiente.

lunes, 30 de agosto de 2010

lunes, 2 de agosto de 2010

Madrugar...




Hace días no paso por aquí, creo que es la misma sensación de tener el cuerpo dividido en la nada. Son y han sido tardes de armonía cósmica… jajaja que divertida esa frase con tono a hippie… entre Bach y Massenet, un poco de teoría M, entender que el plano cartesiano se puede dividir en once, dos libros malos, uno espectacularmente divertido, se acabaron los días que componen la huida, ahora de vuelta a todo, una pierna que no quiere trabajar como debe, el suelo que es traicionero, el aire que no se resuelve entrar en la cavidad de manera útil, el bamboleo que es miserable.

El desesperado menosprecio por todos y por todo, es la equivalencia de que en realidad no hay satisfacción si se busca. Resulta desesperada la búsqueda, por que en realidad me gustaría que al cerrar la puerta de mi casa, alguien me importara un cuarto de litro de lo que me importa mi vida de encierro.

Una hoja en blanco, ahora un lápiz, después un rato de ver la pared mientras escarbo algo en la cabeza, pasa ella, pasan ellas, me hacen sonreír… grito que me alcancen un libro, lo lanzan en medio de una carcajada, camino hacia él, lo recojo, y lo devuelvo de la misma manera, el libro grita en el aire, mientras la voz cambia de puesto en el fondo de la biblioteca…

Luciana, corre… eso dice el arranque del octavo intento de ese miserable capítulo.

miércoles, 21 de julio de 2010

sleeper




Invoco a Hunter y pido un poco de compasión con… nada, cada paso resuelve devolver la caída, luego vienes a ver mi rostro pequeña, con esa voz que no tiene palabras, no las necesitas.

Di un par de vueltas alrededor de su cabeza, tomé prestada la sombra que ellos anhelaban, he hecho lo debido.

Camínanos…

Respirar cuesta de la misma forma que soportar.

Ta ra ra ra ra…

Please heal me, I cant sleep
Thought I was unbreakable,but this is killing me
Call me, everything
Make me fell unbreakable, now you set me free

jueves, 8 de julio de 2010

a.p.a



Desconectar la razón. Ver el tiempo amarrado en una esquina mientras se desgaja un rápido aguacero, creer con ingenuidad que:

1. No recuerdo el sabor
2. Entiendo algo, lo mínimo, lo insignificante
3. La palabra es, lo que debe

El agua escurre entre las ranuras de la cremallera, una gotita impertinente decide recorrer mi mejilla (ja), que imagen apestosa esa. Es el olor a grasa, eso es lo que me pasa hoy, todo apesta a grasas, a manos que van dejando residuos de manteca en todo. Los pasamanos resienten olores impertinentes, osea grasa sobre grasa y esa piel que no se transforma en polvo. Mazacote de todo y el señor de junto reclama dignidad, que no se le acerquen. Grasa se limpia con grasa.

Dos horas después de estar en este estado inquieto, siento hambre, me resuelvo. Como comida con toda esa grasa que se escurre en la intención armónica de tantos…

miércoles, 30 de junio de 2010

Otro día...




Reconozco que nada he hecho para resultar indemne de esta labor, por el contrario, he acudido a los mejores lugares para deshacerme sin cuidado alguno. Fui donde se extingue todo, incluso las palabras que ellos saben de memoria y usan como fuente de justificación; así, incluso no ha bastado para salir ileso de mi propia trampa, esa que no monté una noche buscando animal furioso. Fui de nuevo a ver mi rostro, pasé una mano sobre mi cara, una y otra vez, con intranquilidad, mediando los golpes a sabiendas de la mancha y del disgusto… no me ves, hace tanto que no me veo en ese rostro tranquilo, la que es palabra desaparece y se lava las manos, no quiere que la vean conmigo… pobre, todos tan pobres, sin mucha lucidez. Sé lucido, como la danza, como los rostros deshechos en seda… no olvides la iniciación, lo que dejabas en una tarde de ese otoño que no conozco aún. Sé lucido y devuelve su alma a la vergüenza de saberse pena u olvido, eso no lo sabemos, ella es lo que aparece en ese momento de asomar el camino sobre el espejo…

miércoles, 23 de junio de 2010

Veamos...





Cada vez peor o mejor, eso depende de todo lo que debe depender la sentencia de estar. Y mi obsesión con el estar y aparecer en campos cultivados por mal abono. Un trozo de madera sin pulir, un tronco que llegó de no se donde a la costa. El mar hace tanto que no lo veo, extraño ser extraño en todo lugar, evitar la familiaridad de ellos, la mía misma sobre el permiso que me otorgan, sucio que me veo y estoy.
Insomnio: El sueño ya no es refugio. Ya no se donde esconderme de la silueta que se asoma sobre los hombros, un poco más allá de mi.

Inquietud: otra palabra con I

Inicuo: es muy grande, demasiado para mi…

Paso a la parte de la partitura en la que me dicen: Señor, oh nuestro Señor, y lo imagino sobre las teclas de un gran órgano, llenando sus tubos de vida… sacudiendo su verga con ánimo sobre las notas de Dios… ellos abajo, bajo nuestro corazón, elevando esa mirada piadosa, caminando sobre la pasión del hombre.

Adiós buen enemigo.

miércoles, 9 de junio de 2010

Dia...




Porque pude ser el gato del infierno y el perro que en una olla comió cada borona de mi deshaciéndose en ti. Decido ser parte de la línea sorpresiva de la quietud, y pretendo la corrupción, a ella simple, banal, mujer. No puedo, eso es lo que pasa, nada pueden estas manos pequeñas y simples, nada pueden los ojos de hombre, nada quieren. El susurro y la molestia sobreviven en nosotros, no hay escombros, o caminos o palabras que terminen en algún sitio, menos, todas las cosas infames, menos en mi quedan.

No, no hay nada el día de hoy, y la noche que es un día malcriado, maldiciéndonos mientras las manos salen de los bolsillos llenos de sudor amigo, tampoco ofrece…

Y el diario del perro sabe a miércoles con sabor a un día sin nombre.

sábado, 22 de mayo de 2010

MOMENTO BEODO




Tenemos la sensación, tengo la sensación (tengo en el sentido propio de pertenencia de algo que es intangible), decía que tengo la impresión de no entender nada por completo. Entonces los veo a ustedes, si, a ustedes que todo lo entienden, entonces todo lo explican y por su puesto todo lo venden. Entre tanto, juego el extraño juego del equilibrista ebrio que sale de un burdel con la sensación de haber sido timado por una mujercita que ni siquiera le acarició los huevos y que sin embargo, cobró y se burló. Ustedes me engañan, yo lo permito, sin embargo no lo pueden ver, menos yo. Veo al equilibrista sobre el separador de la calle mientras el frío le besa las nalgas, porque además está desnudo, pobre hombre, pobre gente que tiene que ver sus pobrezas y viene a mi esa frase concluyente de ella que todo lo sabe y todo lo entiende, nunca se le ve desubicada y eso mismo la hace menos excitante, no recuerdo con puntualidad los meandros de la frase pero si la sensación de asco que me produce en el momento, por lo tanto se activa el fastidio por unos segundo, sin embargo ella me cae en gracia y la quiero mucho. La postura de su segura y cómoda posición resulta irrelevante, intrascendente, incandescente, inicua, lindas las palabras con i, pero eso no le importa mucho o poco o nada al equilibrista ebrio que nunca entró por completo a un burdel, cosas de antipatía cromática, el mal gusto de esos sitios es insoportable, pobre hombre que sigue alucinando con volver a casa con menos peso en sus testículos. Gira y gira sobre el separador hasta que desaparece en un golpe de mano y nosotros los dos espectadores de siempre desaparecemos con en él.

viernes, 21 de mayo de 2010

Sin lugar...




Salir a ver que pasa debajo de la piel de los demás resulta un acto simbólicamente estupido. Consiente de nada, con los pasos abiertos y los zapatos un poco aislados del resto del tiempo. Quisiera párrafos legibles, respetables al final de la tarde, para ser leídos por mí gusto, pero no, eso no pasa, nada de lo que espero pasa en mis manos, o en mi cabeza pasa, las imágenes de siempre se repiten con un cansancio lento. Las cosas, todas las cosas siguen ahí, sentadas esperando que yo las atienda. Como si yo fuera algo distinto a ellas para atenderlas, las cosas señalan, crecen en la quietud que yo quiero.

Una tarde de lluvia siempre viene mal, viene el frío, que sabe a calor hostigante. Una tarde de estas deberíamos desaparecer juntos, todos abrazados a nuestras flojas ideas. Pero esas son palabrotas pretenciosas de niño que se niega a sonreír por gusto, aunque sabe en el fondo que la verdad no existe.

La angustia no es progresiva, se mantiene quieta, inmune al clima.

martes, 18 de mayo de 2010

Puacs...



Llevo seis horas de rebote, quiero voltear la caneca de comida procesada en mi estomago sobre la mancha en forma de mariposa que hay en el tapete que hay bajo la silla en la que estoy sentado. Me gusta el encierro. He desarrollado un gusto por el encierro con ellas, salimos tan solo si es necesario y no quiero volver a salir. La semana pasada falté cuatro días a trabajar, inventando un drama familiar. Hoy no pude hacerlo, tengo un montón de papeles sobre mi escritorio y debo evacuarlos. Leímos dos libros. Cantamos, y caminamos sin ropa con nuestra flor en los brazos. Al salir esta mañana estuve muy triste y no pude leer durante el camino a mi escritorio y mi montón de labores represadas.

Sabor a cueva y mareo. Dónde estamos si no queremos estar entre ustedes y me resulta agobiante mi historia y sus historias. Yo no me hago fotos para que me abracen con los ojos. Historia se le llama a cualquier acontecimiento, incluso los más insulsos, que llena la necesidad de estar. Ya no me interesan.

Voy a imprimir esas 90 páginas que se irán en un sobre para que alguien destroce un poco mi impostada disciplina.

lunes, 3 de mayo de 2010

DISTRAER...



Ahora las ideas se dividen fabricando historias paralelas, degustando mi gozo por abstraerme entre la gente. Entonces si A iba a un lugar determinado en el que sucedían cosas que no cambiaban pues se alteraba el sentido, nada, ahora A, se encuentra con B y pasa algo que yo no tenía imaginado. Pierdo el control… ¿Cuál control? Nada es controlable. Por ejemplo, nos gustamos con D o con C o con J, y hacemos uso de las reglas que necesitamos para mantener el control, pero no tenemos el poder de detenernos sin reglas… así andan las ideas, entendemos que las ideas son nuestras, porque las pronuncia nuestra voz, y la soberbia nos permite mantener la ilusión encendida hasta que, plum, cataplum, recataplum… estamos sentados entre ellos alucinando una situación tras otra, que se mezcla con la siguiente de más allá… vienen los abrazos, los besos, la salida, mi rostro cambia de actitud y la niña de ojos grandes y vidriosos, que además tiene unas tetas lindas, lo nota, o bueno, eso creo yo, o eso cree mi estado de conciencia en ese mismo momento, tal vez voy tan mal aseado que mi olor la repugna y la cara no es de sorpresa y si de asco, pero claro como no puedo distinguir, porque ando creyendo que eso que está en mi cabeza es mío, no lo noto… vuelve a verme y distrae lo que venia creyendo que pensaba que era mío… carajo, la idea original de A, quedó en una habitación con nevera. Y ahora que hago si me gusta mucho la aparición de todas las variables, mierda, que joda esta de creer que lo que se cree es nuestro. Me bajo del vagón, camino y al llegar a la puerta de la U hay una muchacha nerviosa, con unos papelitos plateados en la mano, ella está encapuchada, asustada, se le nota… y A desaparece, hasta este momento el que describo lo que ha pasado con A o con B o C o D o E o F o G… sí, me lo sé.

lunes, 19 de abril de 2010

SABER HACER...

No la había visto triste de esa forma. Y ahora cuando llora, veo la tristeza triste, insuperable. Se mueve y respira, hace lo que debe, y no está viva. Yo no puedo hacer nada, se me atoran las lágrimas. No hay una sola queja, solo escucho a la flor llorar de vez en cuando, ella también llora, no habla, no logro sacarle una sola palabra… este es el peor silencio que he tenido que entender. Veo mis pies haciendo el ruido de la cotidianidad, el de la cocina, se oyen las voces de una Película, ya se va a pasar, pienso. No quiero verla así, ya son cuatro días que prometen ser cuarenta o cuatrocientos, ya no pregunto que pasa, ella pasa del cuarto al baño, luego a la cocina, mi flor entiende, ella come, y se bien que entiende, por eso ya no llora y se acompañan. Quiero llegar y encontrarla de nuevo.

sábado, 17 de abril de 2010

FRESAS SALVAJES...



Las fresas cayeron al suelo, sin limpiarlas las metí en mi boca, camine despacio a la entrada y un explosivo reventó en mis pies…

Las fresas sucias saben bien, el polvo acumulado, que no se acumula pues siempre está en movimiento, otorga un sabor fuerte que imprime carácter en las cosas que comemos. Los días sucios saben mejor, la vida con un poco de grasa y sin jabón se transforma el recuerdo de infancia querido, el de las semanas vacacionales en las que jugaba hasta el cansancio y en la noche quedaba dormido con la misma ropa del día anterior y que sería la del próximo. Las manos sucias no están tan bien, me gustan las manos limpias, aunque las fresas estén sucias.

De nuevo dolor de espalda, una queja acumulada de mi ergofobia. En otras vidas, a la primera molestia física, dejaba tirado el asunto. La salud es lo primero. Ahora no quiero, no puedo, no debo. Pensándolo bien, todos son ergofóbicos, pasa que no lo enfrentan, no quieren quedar mal con el mundo. No se ve, menos se escucha mejor, el asunto ese de: odio trabajar. Todos quieren quedar bien: yo hago lo que me gusta… mierda a mi me gusta mucho lo que hago día a día, pero mi naturaleza me indica, bueno más bien mi espalda, que no es saludable hacer tanto en tan poco tiempo y que perder los días contemplando las manchas que se hacen en el techo, es igual de productivo.

Tuve un techo lleno de manchas del que sacaba cuentos para mi hermano menor, el que ya creció, el que se hizo grande y ahora gana sumas de dinero importantes. El que ahora no gusta de los cuentos y dejó a un lado su gusto por las cosas que gustábamos juntos. A mi hermano le gusta la limpieza y si hubiera visto las fresas en el piso, de seguro las tiraba a la caneca. Otro amante de la limpieza, mi madre hizo una labor exquisita con él.

Mi flor abre los ojos temprano, duerme en mi pecho y mi gusto por las manos limpias me permite meterle los dedos en la boca, mientras la madre alista su ración de comida.

El ruido de la explosión hace que me trague una fresa con trabajo, me devuelvo a lavar mis manos, es bueno tener las manos limpias antes de que caiga el primer gas.

Luego en la calle L me llamó.

lunes, 12 de abril de 2010

Recordando a Amlet...



Horwendil… me dijo esa tarde algo que vi desde el segundo piso de la sala de espera: “Nació con los primeros rayos y truenos de la tarde…” o algo así, que vergüenza no acordarme al pie de la letra lo dicho por el señor Amlet… luego luego, me invitó a ir a una papelería, comprar un cuaderno, y dar comienzo al diario de la flor… pensaba, que poco originales somos y recordé el cuaderno con el caucho negro que reposa sobre la Biblia que descansa sobre mi mesa de noche: dibujos, poemas, frases, canciones, toda una lista de cosas hechas por la madre y por mi durante su estado amniótico.

Si mi querido señor Amlet, yo también creo que nos hacen falta cinco años y nueve meses de pruebas fidedignas, contadas desde la perspectiva de un tercero para recrear la realidad de nuestra historia. En definitivas historiografía desde la distancia, no objetiva, cómo podría ser la historia objetiva, pero si divertida…

… el cielo permaneció oscuro toda la tarde, luego llovió y llovió… hablamos de costumbres campesinas, pensamos y dijimos que este lugar no vale la pena y que el velo correcto para ver la realidad, y hacerla menos trágica es a través de la ciencia ficción…
¿Qué no es ciencia ficción? : nueve meses flotando en gelatina, nacer sin garras y pelaje, ser maquinas de aniquilación, depender las tres cuartas partes de nuestra vida de otro, para envejecer odiando todo… pues cada paso dado ha sido un error… mierda ya se me están revolviendo las líneas… hoy sigue haciendo frío, del rico, ese que las busca hoy…

Mother, mother
There's too many of you crying
Brother, brother
Far too many of you dying
You know we've got to find a way
To bring some lovin' here today

Father, father
We don't need to escalate
War is not the answer
Only love can conquer hate
You know we've got to find a way
To bring some lovin' here today

Picket lines and picket signs
Don't punish me with brutality
Talk to me, so you can see
What's going on
What's going on

miércoles, 7 de abril de 2010

...bum...






Ya no vuelvo más.

lunes, 15 de marzo de 2010

Biblos...


Llevo varios días leyendo y releyendo tiempo cero de Italo Calvino. Es un libro raro, no es una historia difícil, pero tampoco resulta digerible de entrada… es curioso, se me hace como uno de esos días que me inventaba con tal de evadir la responsabilidad hacia los míos, una fracción comprimida de momentos que saltan entre líneas.

Estoy coleccionando momentos de quietud. He desechado fotos y libros, canciones, cuerdas viejas de mi guitarra, una armónica, la primera, la primera con la que hice unos acordes sucios… un par de fotos de mujeres que no recuerdo con claridad, o que la claridad no me deja recordar ahora…



Llegué y ella no estaba. Recordé que… recordé, eso fue lo que hice, recordar, olía a calle, a cansancio del bueno, tengo conjuntivitis mental, son muchas fotografías vistas en poco tiempo… llegó, esa sonrisa tibia…

Seguimos leyendo la historia de ellos, vimos nazis cantando y alabando… que divertido.

Hay una reminiscencia de un cuarto en el que tu olor tiene poder y se acompaña de la imagen L…

Salimos a retomar la rutina, que no es rutina y que intento inventar; no es necesario… los días siguen bien así… desde el fondo del cuarto me grita: Te veré en el infierno… bueno amor, tira ese a la basura, que es basura… no, me gusta, ese titulo me gusta… entonces déjalo ahí…

viernes, 5 de marzo de 2010

PRINCIPIO Y PAPITA FRITA



Empezar el día con la idea, con la sensación de que los días no tienen un comienzo definido, o un final, y llegar a la inteligentísima conclusión de que eso del principio y el fin es un paliativo flotante, inventado para complacer a su amante el principio y así como la cinta esa en la que Escher dibujó un par de hormigas…

entonces, me da dolor de cabeza, pero no a causa de mis profundas y magnificas apreciaciones, o sobre lo que yo creo que es importante, me duele la cabeza porque tengo hambre, y quiero comerme una hamburguesa con papas y demás acompañantes, gaseosa y aros de cebolla, esas cosas que permiten olvidar la posibilidad de un principio y un fin… Muerdo un poco una papita, y ese es el comienzo de su fin, y por fin termina… pero, en qué termina, todos sabemos en que termina…. No, la papita frita no termina, llegará al aparato digestivo de alguna bacteria y ella lo desechará y volverá a mi, eso es seguro, no hay que dudarlo… bueno la papita no existe, no ha existido, es un ejercicio para distraer el hambre, un ejercicio que me remite al informe que debo entregar… una papita… quiero una papita.

La veo, las veo llegar, una a una, llegan con su carita de no se dónde putas queda el suelo, ni siquiera sé qué es el suelo, no se cómo llegué aquí, pero por favor ayúdeme, no me haga hablar duro, me da miedo, no ve que soy nueva… mi sonrisa socarrona, me invita a preguntarle en voz baja: me repites, no te escuche… se acerca, y vuelve a decirme en voz baja, que si por favor le activo el código, le repito que no le escucho muy bien, que me hable un poco más fuerte… ella está muy cerca, siento su aliento, se sonroja, se siente mal, a mi me gusta su olor, tendrá unos dieciséis o diecisiete… la hago esperar un rato, me mira, intenta levantarse en dos ocasiones, demoro el tramite, decido que es suficiente, se acerca, pido todos sus datos para verificar, ella está un poco más tranquila… mierda quiero una papita, ni si quiera ese olor acaba con la idea de comerme una papita frita… hoy es mi día internacional del pensamiento sobre la papita frita… se va, su espalda es delgada, ella es delgada… no se a donde va mi papita frita, quizás un mordisco en su pierna me de gusto a papita.

sábado, 27 de febrero de 2010

Querido... nada de querido... no se para que escribo aqui...

Llegaron, no se si días o copas o heridas nuevas, puedo decir con un tipo de certeza matemática que no hay nada nuevo. Llegaron copas, días, gentes que se hacen pasar por nuevas, las palabras son las mismas, el agotamiento no es respuesta, se arrolla en el deseo de no entender y nosotros somos pétreos. Llegamos a ese lugar que no hemos buscado y así como esa sirena que pierde su alma, en busca de un hombre que alguna vez por capricho del viento, cayó en el océano, así mismo nosotros entregamos nuestra lengua con tal de no sentir los cuchillos filosos bajo nuestros pies. Así somos, cada una de las letras que se han ido hilvanando son obsequio del oráculo y agota la cuadro. Vamos tomados de la mano de Escorpio, viendo como se presenta en el fondo, vamos devastando, luciendo nuestro agotamiento, y sonreímos.
Llegamos, vemos una roca que saluda y que nos permite descansar a la sombra, no hay agua, los vemos pasar, sentimos un poco de nostalgia, nos gustaba la comodidad, los artilugios del espejismo… aquí vamos, en esta parte del viaje.

viernes, 26 de febrero de 2010



Me cuesta estar en paz… no me cuesta por el precio, me cuesta por esos cabos de lana que se van deshilachando al paso, o al rose de los días. Una noche entera caminando de un lado a otro, reconociendo el olor, el sabor del frío. Aquí es distinto, la luz es diferente... me siento un poco lejos de todo, incluso de ellas.
Recuerdo a esa niña rollada en mis pies, tendríamos unos ocho o nueve, y mi rodilla izquierda sangraba, ella no me dejaba mover, me decía que no fuera a pelear, que era un raspón y que ella estaba bien.
Recuerdo una lluvia de latas de gaseosa en medio de un día de febrero, un río ingente de niños, la gran mayoría lloraba, yo estaba entre ellos.
Una tarde seis años después, aprendí como se armaba una siete sesenta y cinco, la recuerdo bien, era una Eibar, creo que india… estaba oxidada.
Cuando tenía cinco, convulsionaba y mi madre pensaba que me iba a morir, estuve hasta los siete de hospital en hospital. Me formularon Valcote. Ahora soy bipolar y borracho.

Hoy recuerdo una noche, y todas las noches que no quiero tener en mi cabeza.

viernes, 19 de febrero de 2010

Gatos perdidos...




Venia escuchando la historia de los gatos en mi cabeza, unos muchachos que mataban ratas, unos muchachos que fueron muertos a mordiscos de roedor, luego entra una canción incidental: La tonada me dice algo sobre una acacia que no dijo nada, y que la historia sigue igual en la senda del camino tortuoso de la existencia… que canción triste, que tema tan trillado, pensaba, mientras caigo en cuenta que nos gustan las canciones tristes. Si escuchamos una demasiado alegre, empezamos a desconfiar, bueno, por lo menos eso es lo que yo hago. La alegría comercial me causa escozor, molestia testicular, picazón en las güevas.

Bueno el asunto es que con los gatos muertos y la canción rondando en la trastienda de las cosas que debía hacer hoy en la mañana, vi una docena de perros huyendo, corriendo en sentido contrario a mí. Y… viejitos hijueputas, me hicieron apagar el reproductor de música…

Se montaron a la altura de la calle noventa y tantas, olían a perro mojado mezclado con un sutil rastro a orín, viejos sucios. No afinaban sus guitarras y dañaban mi historia, además venía escuchando a esos muchachos maravillosos de Protest… en fin, los viejos puercos, terminaron su repertorio con un regaño, diciendo que esta sociedad indiferente, que los jóvenes malditos, que la música de ahora una mierda… y toda esa perorata que puede soltar un hombre viejo que vive esas circunstancias…

A los gatos no se muy bien que les habrá pasado, las manos me huelen a perro mojado. La historia de los gatos no está… viejos hijueputas…



Did you come here to kill, or did you come here to die?
Did we really think that spaceships would descend from the sky?

Bending light and beaming forth across space-time
to see us scared in the reflection of their oil black eyes?

And stalk us as a predator like our movies imply.

jueves, 18 de febrero de 2010

Saludo de Diario...

Jugando a ser funcional se me han ido los días de mi resiente vida. Veo a mi madre caminar de un lado a otro, pasan sus zapatos sin correa, tan solo veo eso, estoy durmiendo en el piso. Son las cuatro de la mañana y llevo un par de horas de sueño. Los maldigo un poco, a ella y a mi hermano. No es posible que no respeten el sueño de un borracho.
No tengo en el registro de la memoria, ver a mi señora madre durmiendo hasta las ocho, o las siete, o las seis… es una maniática… entonces eso de perder mi tiempo siendo funcional me resulta algo impostado, si yo soy heredero de sus desafueros, queda fuera de tono, sin embargo se siente bien.
Durante años fui la oveja rosada de la familia. Provengo de una ralea grande, por tanto las ovejas de colores abundaban, y a mí que el rosado no se me da bien, me parece odioso tener que ostentar un color que mi primo M, alguna vez me endilgó, me lo caló por la misma razón que los primos o hermanos mayores hacen cosas para joder a los más pequeños, creo que es una joda histórica. Yo solía darle golpes a mi hermano en uno de sus brazos hasta que adquiriera un verde perfecto… la tradición en ese aspecto, resulta maravillosa.
Bueno iba en que he descubierto, que lo de ser funcional tiene que ver más con el grupo de adaptados con el que trabajo… que cosa maravillosa, tranquilos, lentos, conversadores, tomadores de tinto y fumadores de hierba… lectores, padres, gentes que no parecen pertenecer a esta dimensión… creo que la hierba ya hizo efecto…

Las manos se encalambran, los dedos que están en esas manos también se encalambran… que frío hace hoy, y no es rico frío, es helado y quema.

En la tarde presencie un conversatorio entre audio discapacitados, que maravilla ver una discusión en silencio…

Hoy me vi junto a la brecha de la ansiedad, junto al gusto de ver la piel cerrada a otras manos.
Ayer en la noche sentí un poco de tristeza, de culpa, de frío, y caminé lento, para no llegar a tiempo a mi cita con el sueño. Al dormir escuchaba la furia de una licuadora haciendo jugo y los silbidos de mi madre, dormía lento mientras se me licuaban los silbidos y el frío. Hoy te he visto de nuevo en otra piel L… tenias rostro de chiquilina y el te, estaba delicioso… Gracias.

martes, 16 de febrero de 2010

TERAPIA PARA EL DOLOR



No hice caso, yo no se hacer caso L, ¿Qué se le va a hacer? Acepte hacerme responsable, un poco de la terapia para el dolor a la que me quiere someter Su.

Los parámetros son claros, yo le muestro que la vida es más desgraciada de lo que parece y ella paulatinamente desaparece. Me siento cómodo con el logro. La verdad sea dicha, al perro no le gusta ver a los suyos mal.
Fin de ese episodio.

Revestidas de paciencia… vida triste y cruel, la institucionalidad me fritó la cabeza esta semana. Tenía una idea, de eso estoy seguro, era algo sobre una pareja que desaparece… o que se pierde, nada novedoso, pero se me olvidó… bueno es que esta semana, estos dos días hemos atendido la función del funcionario, del que cuida procedimientos y que además los hace bien… suelo atender sordos y ciegos entre las cuatro y seis: son personajes extraños los ciegos, siempre te están tocando y hablan despacio, escuchan velozmente, tienen dedos automáticos, brazos fuertes.

C, Big C, se acerca con su bastón me toma del brazo, aprieta fuerte… Hola, me llevas al sistema Jaws, por favor, hoy estoy leyendo El viejo y el mar, y la voz que me lee es dulce, suave…

Lo llevo, se encierra en la cabina tiflotecnológica, no tiene luz… pues claro que no tiene luz idiota… que observación tal limpia, entonces la magia sucede, me invita a sentarme junto a él, me toma de las manos y me dice que por favor le diga como se ve eso que está ahí en la pantalla y que el sistema Jaws no puede describirle… mierda, pienso, mientras se me atora el aire un poco, quiere que le describa la silueta de un trasbordador espacial mientras gira alrededor de la atmósfera terrestre. Luego de años de lectura, y de creer que estoy capacitado para hacer una descripción, he descubierto que no… como coños le digo a alguien que nunca ha visto el cielo, que el velo de fondo es un tachón de naranjas y azules, y que esa mezcla produce en mis ojos una sensación cobriza de paz.

martes, 9 de febrero de 2010

APARICIONES



Su. Apareció en la pantalla, luego vino con sus labios bonitos y me hizo reclamos. Su. Entiende ahora que no hay nada que entender y el perro se siente triste por Su. Ella lo hizo todo bien. En esos días, días largos, de color libro, Su. Buscaba y encontraba en el detalle de todas sus iniquidades.

El perro te dice Su: Desaparecer no es una opción. El perro quiere da vueltas y desconoce esa rutina, la que dejó atrás: días de jauría, aullando sin mucha preocupación.

Su. Apareció e inundó toda una tarde con lágrimas. Su. Quería ver al perro sin aliento.
Cuatro años atrás el perro comía en el patio de Su. El perro a cambio, era tierno y sabía ser buen perro…

Su. No hagas llorar de nuevo al perro. La conjuntivitis congestiona la ira y el recelo.

Su. Deberías estar muerta.
El perro quiera ladrar la molestia.

L una mano estaría bien… tan abusivo como siempre…

viernes, 5 de febrero de 2010

Se nos fue...



El gordo Pardo murió de depresión estomacal aguda. El asiento del tripero, entró en huelga, luego de una larga y miserable dieta. El fin del tratamiento buscaba hacer crujir los huesos de la señorita Lina. Langaruta refinada que no soportaba a nadie que pasara de los sesenta kilos, pues la forma de sus senos y su credo en la maravillosa figura del hombre moldeado, le impedía acceder al despropósito de comer carne rellena de grasa. Soportaba, eso si, los ciento veinte kilos de fibra musculosa y bien torneada de Alonso, el Quijano mas idiota del barrio.

Puaccs, estereotipo del gordo que muere, y el bien formado, musculoso que triunfa en la caverna jugosa de una flacucha acartonada y prejuiciosa.

Pero así fue, que se le hace si así ocurren las cosas.
El gordo pardo, en sus mejores días, decía, que no iba a darle de comer carne dura a los gusanos, eso si que no. Él un amante de las criaturas vivas, se sacrificaba en nombre del bienestar del gusano.

Para resumir, apareció la entelerida, si, la niña Lina, con esos pantalones que dejaban ver que con una mujer se puede hacer caldo de aguja. Y claro, el gordo Pardo cayó redondo (más) frente a los huesos de la flaca.

Nada le valió: ni el agua, ni la Atkins, ni la falta de empleo o la cantaleta materna, nada El gordo no dejó de ser gordo y la flaca Lina, siempre sintió horcajadas al verlo.

Hoy estamos aquí en el funeral del gordo Pardo, representación absoluta de aquellos que renuncian hoy, en este mismo instante a un bocado grasoso o un pan blanco por bajar uno o dos kilitos. Que funeral tan lindo, hemos comido a gusto y estamos seguros, que si bien el gordo no logró el amor de la inmunda, pudo en vida conocer placeres orgásmicos desatados en el paladar y la lengua.

Mientras disfrutamos los placeres de la baja cocina popular y no francesa, a Lina le acaban la figura delgada en un acto de circo poco placentero, donde dos guapetones desgarran su concepto de belleza. En la mañana levantaran sus huesos y nosotros seguiremos levantando la copa con el padre del gordo Pardo.

¡Salud ¡ gordito.
Mala salida buscadora de huesos.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Salud de nuevo...;)


Para el gusto de hacer una buena catleya se necesita tener algún sentido activo en servicio y dispuesto.



Hola L.

De nuevo bajo la misma cornisa, en distintas circunstancias, y parece que he crecido según la voz que viene de más allá de nuestra mesa. No me dejan caminar, ahora no me dejan caminar y mis espolones agradecen con un beso tierno de agradecimiento, feliz de ver de nuevo a los bichos, a nuestros bichos reunidos en un solo punto de conversación que se desvanece por momentos en puntos eternos. Fin de la noche, que buena noche… salud mis queridos…

En la mañana un delicioso jugo de mora se deshizo con la sangre de mis encías. Bajó limpio el líquido, deteniendo sonrisas que recordaban alguna pendejada de la noche.

—vamos
—vamos
—vamos
—salud…

Ya no debo correr más y todo ha sucedido en el mismo lugar donde las sonrisas, los besos, los abrazos y un recaudo extraño de vida se detienen sin hacer mucho caso del viejo de barba y trono extraño.

Luego de jugo, un par de adornos para la flor y su madre cocodrilo. Y el pantano está en remodelación.
Las historias no dejan de estar y los pasajes de rara factura tiemblan en el borde del baño.

Camino de nuevo…
Más camino…
Otra historia más que se sale sin permiso.

sábado, 23 de enero de 2010

Piel...




Cómo vienen las oleadas de recuerdos de cada uno de los reencuentros que mi imaginación inventa, o cada una de las frases dichas de forma adecuada y relajada en medio de la sensación alucinante de estar. Y eso de estar que se me ha vuelto una obsesión, así como cada una de las palabras que han ido significando, derrotando, demoliendo. No, no se cómo vienen esas oleadas, puedo, en cambio presentir la razón o las posibles razones inventadas o no, de las caídas♀. Puedo lamentar lo que he escogido tratando de rehacer múltiples vidas. Puedo, claro que puedo hacer lo que me de la gana. Salir a lamentarme, eso se ve mal, desdibuja el argumento de la destrucción.

Es fácil dejar de ser maravilloso para los nuestros. Y los nuestros ya no lo son más, y no son más que otros más.

Una denuncia por maltrato es lo que debo instaurar en contra mía, deberían encerrarme por violencia intrafamiliar, de nuevo, o mutilar una de mis manos, o cansar alguna carcajada… o dejar de verte tanto a los ojos, vida mía, mi vida.
Ahora ya no puedo verme más triste. La tristeza debe salir a pasear y evitar la sonrisa de los que sé nuestros, míos no, nuestros, los que no son más que eso… nuestros…

El arpegio abre la racha de maldiciones, la cadencia me recuerda, me deja ver y oler las aceras nuevas, de nuevas personas, del nuevo mundo que desconozco y prefiero así. Puedo dejarte la piel, el reverso de mi calle, la primera caída, sin embargo no la se encontrar, no recuerdo el lugar exacto en la que deje de ver.

… por la manchega llanura se vuelve a ver la figura de Don Quijote pasar, va cargado de amargura, va vencido el caballero, de retorno a su lugar…

Vienen las gotas de agua que tanto he querido para todos nosotros, ya saben, el agua es tan buena, tan mujer ella… ¡ja!

martes, 12 de enero de 2010

Cajón de pulgas



Escuchó la voz de la imprudencia, eso fue lo que hizo el perro en estos días… No hizo mucho daño, pero si el suficiente para sentirse un poco más callejero, menos amigable.
Recibió bendiciones calumniosas, inmerecidas, las recibió, las degustó, jugó un poco, luego las enterró para no encontrarlas… el olfato falla, los ojos se nublan de caspa y grasa, son tantos años gustando de la suciedad. Ahorra el perro camina un poco sobre la incertidumbre de lo cierto… va a extrañar ser un nómada, por fin tiene un solo cajón para sus pulgas, las heridas se van a cerrar, a curar… Ladrido caprichoso, camino de ruido, sonido amigable que el perro desconoce y que lo asusta mucho…
Escucha en la distancia, claro que escucha, recibe un golpe de nostalgia, incluso de eso que no está en su lugar…
Recuento sin historia, sin molestia.
No hay vigilancia, hay un par de rostros anhelados y se irán también…

L vieras como está el perro en estos días, tan prolijo en sonrisas para todos… ser lo que se debe y buscar la quietud resulta extraño… abrazos mi L adorada.