viernes, 6 de noviembre de 2009



No he visto la puerta de más allá. La carrera del escondite, la carrera del escondido, la obligación de permanecer frente al paredón con las manos atadas y los ojos vendados. No, señores, no he visto la puerta o la salida. He paseado bajo, muy bajo, he caminado en susurros, me has puesto el cepo del asco, calle.

Quiero vivir menos.

Quiero vivir intoxicado…

Lo abracé, el codo apretó la garganta, el puñal en el cuello…

Correr, unas monedas, pudo ser mejor, pagamos un par de cervezas y se nos acobardo la gana de seguir bebiendo…

El perro se lame un golpe en la rodilla…

L: W A Y

Ahora desesperamos, ahora vivimos convencidos que todo está hecho para ser grandes triunfadores…

He odiado el andén hasta el hastío, ahora bien cargo la tristeza de forma desesperada y violenta entre las babas incipientes de eso que creía ser. Y ves…despierto al asco de todos, continuo siendo lo que debo por deber ser…

L caminamos un poco, dando vueltas definitivas e irreales.
El pasado conserva el aliento, fulmina pesares, se harta de mí… todos los segundos sobre mí…

Los veo venir, los escucho, vienen a cobrar una cuenta que no quiero pagar.

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