lunes, 9 de noviembre de 2009



Se calentó la calle un poco. Los días de lluvia se evaporan, caminan de la mano de todo ese gusto por la violencia. Anoche leía que Bolaño le contestaba a Fresán en un correo: que una cosa y que la otra, y que él sabía que a ellos que no le gustaba la violencia… abrí los ojos, cerré la página y los mandé para la mierda… Realmente me aburre ver como todos promulgan una actitud tan civilizada y correcta.

Son todos realmente los peores carniceros de la quietud y el silencio. Tengo presente que no hay imagen más violenta y deliciosa que la tuya L, esa que cae lenta, en medio de la cadencia de un bamboleo tranquilo y seguro. Entonces claro vienen los silenciosos, los que no levantan la voz, esos que jamás reaccionan, y que por supuesto crean, creen y hacer creer que crean, a decirnos lo mal que está el mundo, que ellos saben cómo es el asunto y que además tienen la cura para todos los males.

Entonces resultan ser un conglomerado de niños bonitos, pendejos a más no poder, que arman unas trifulcas verbales, impacientando la paz de esos que si gustan del golpe y la confrontación… en fin… todo a la quinta paila del infierno.
Vámonos de paseo L, caminemos un poco en medio de la certeza de eso que no está, que se sabe que se puede elevar en medio de una tarde.

Me gustan los paseos en los que juego a ser... Llego a la puerta de algún benefactor, escupo en la entrada, los que me saben lo entienden, conocen la razón. No es falta de respeto, es respeto total por el lugar que me da la gana ocupar; ahí sobre el escupitajo me recuesto, abro los brazos y cuento los cascajos de muro que se desborona sobre los ojos. Por supuesto no los muevo. Me levanto y continúo el abuso de los que quieren estar a mi lado… pobres gentes, deberían deshacerse de mí, cerrar su vista a mi presencia. Me harté de la condición de la queja, quisiera cantar y cantar que la mierda es buena, que seca sabe mejor, que todo es una maldita maravilla… pero no se puede. Qué le vamos a hacer…por ahora bailemos un vals:

Jesus lived his life in a cheap hotel
on the edge of Route 66 yeah He lived a dark and
twisted life and he came right back just to do it
again - Eye for and eye and a tooth for the truth -
I ain't never seen a demon warp deal'n a
ring-a-ding rhythm or jukebox racket my
mind can't clutch the feeling…

No hay comentarios:

Publicar un comentario