domingo, 23 de agosto de 2009

FLECHA OPUESTA A MI CAMA

Son las horas indeterminadas del sueño, son ellas estableciendo la duración del espacio del entresueño, la sobriedad, el sopor, y el gusto de querer estar allí más de la cuenta. Recuerdo a mi inconsciente evocando A warm place, adecuada la atmosfera; se me hace extraño, en la ensoñación había color, no suelo tener sueños en color, y la ausencia de sonido es frecuente. Abrí los ojos un par de veces, es normal en ese estado no querer iniciar el viaje y tratar de retroceder, es tarde para eso, la sinopsis involuntaria del alma ya ha carreteado varias vueltas en la cama, es imposible salir.
Me encuentro en medio de algún lugar tibio, muchos hablan sobre la obra, esos muchos ensayan, hacen cabriolas, morisquetas, gritan. Salgo a tomar aire, la humedad pesa en los pulmones, un concentrado rayo de luz atormenta la lucidez. Salto caprichoso, abro de nuevo los ojos, toma tiempo llegar de nuevo a nuestro lugar de destino. Es un teatro, un laberinto de escaleras, una tarima caoba, olorosa a sal. Frente al redondel hay dos hileras enormes de público que, enardecido aclama las proyecciones de hombres que cantan épicos alaridos, la imagen en el momento de nuestra llegada, corresponde a un hombre de traje azul, atalajado con un redondel abanicado alrededor de su cuello, guantes grises, pantalón bombacho, residuo neuronal de mi paso por obsesiones medievales adolescentes. Ella, la directora, ahora no entiendo muy bien como sabía en ese momento que era la directora, daba ordenes y me repetía al oído de forma sugestiva que no me preocupara, que el hombre del papel y de la escena principal llegaría de un momento a otro. El anhelado momento no llegó, el hombre tampoco, de forma arbitraria dio la orden y me arreglaron como el ausente. Me maquillaban de color blanco, blanco sucio. Bajo la gruesa capa de maquillaje hacen surcos con algún tipo de grasa, al terminar con mi cara, era el desvencijado suelo de un antiguo palacete. La directora, me escribió un par de líneas, dándome indicaciones: tienes la voz, tú escribiste esto, no lo olvides y desde el apuntador, ellos te estarán ayudando. Mi traje era divertido, gris, un parapeto naciente en la base de mi cuello, permitía mi correcta visión y los espectadores veían las líneas que conforman mis ojos. Chaquetilla ceñida, pantalón amplio, negro y gris oscuro. Luego a buscar la trampilla que sale al escenario. Cantar, sentirse mareado a causa del impulso que se hace para que las cuerdas se tensen de forma adecuada y el sonido sea el adecuado, estoy seguro que no era un do, más bien creo que era un si, sin mucha fuerza, pero bien afinado. Ella color oliva estaba en primera fila con su brillante blusa blanca. Al terminar, aplaudían con desgano, aplaudían y al bajar a la tramoya, mis compañeros palmoteaban mi espalda: no está mal para ser la primera, y única vez.
Abro los ojos de nuevo, me levanto al baño, veo mi sombra, me veo al espejo, tomo agua del lavamanos, quiero volver a la cama. Inicio de nuevo toda la secuencia, continuo, es fácil retomar la línea. La mujer oliva de blusa blanca besa mi frente y su acento me increpa, diciendo que se puede hacer mejor. Yo no entiendo, y tampoco quiero que me quiten ese maravilloso disfraz.
Me levanto definitivamente. Estoy de nuevo frente al espejo y veo a mi sombra alejarse mientras canta una canción desconocida, creo que es el coro de una de las proyecciones, que ellos aplaudían. Ahora viene el juego de la interpretación, según…eso realmente no importa…quisiera saber que papel interpreta el hombre que canta en la imagen contra la pared y la mujer oliva de blusa blanca, lo demás es aburrido.
Bajan los frijoles por la garganta al ritmo de counting bodies like sheep to the rythm of the war drums… yo se quien es ella y su blusa blanca.
No se bien disimular, pero actuar se me da con naturalidad, y el acto mismo me da gusto. Contando los días, y las horas encanillamos el hilo de la bestia. Una pastillita de Fluoxetina, un vaso de jugo. Camino un rato.
Devuelvo la gracia ansiosa de esperar…me pregunto muchas veces, ¿Qué es lo que espero de ella? Mujer oliva de blusa blanca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario