miércoles, 19 de agosto de 2009

Los he visto hoy...

Lo vi al salir, no tenía camiseta, su pecho desnudo quemado por el sol. Bronceado gracias al la gruesa capa de mugre…con una mano sostiene su pantalón, con la otra pide una colaboración para un pan…no tiene pudor para pedir que los demás lo mantengan, sin embargo teme que se le vean las guevas. Reflejo de la humanidad en si mismo, eso somos, eso soy. Quisiera salir a mostrar todas mis vergüenzas, y no puedo, hay papeles tan mal escritos que superan la barrera de lo impúdico. Ella suele irse los miércoles para la casa de sus padres, sale para evitar quedarse esperando mi tufo pestilente a trago, a cigarrillo, a esas cosas que ella ama, pero en mi compañía, no en mi soledad. Quedo en mitad de la calle, pensando que hacer, tengo muchos deseos de robarle algo a alguien, lo que sea. Todos, suelen atribuirle valor a las cosas que saben no tendrán bajo las 50 paladas de tierra, todos tenemos cosas que esconder a las cuales les atribuimos valor, por ejemplo, nuestra vida. Si, mi vida tan sólo vale para mi, para mi es que es importante, no para nadie más, entonces porque carajos acepto la invitación de sentarme a contarle a todos los que saben quien soy, como es que transcurren las horas, una tras otra, en medio de la rutina enfermiza que suelo fabricar entre la pestilente especie que no entiende mucho sobre mi y menos sobre mi naturaleza de no entender a otros que menos harán el esfuerzo de entender la caída de los caídos. Por el simple llamado de las palabras, por la invitación de un amigo que dice tener alma de suicida, y como dice Pessoa: Si te quieres matar, por que no te matas….
Por esa razón hago esto, para gritar en silencio que uno de mis alter sobrevive gracias a la gracia de saber cariños lejanos y que ya han probado tantos labios, que quieren encontrar de nuevo esa saliva atenta…que delicia…que delicia, levantar la cabeza y verme apretujado contra ti…

Estoy esperando que terminen de sacar copias de ese libro que tanto he disfrutado, estoy esperando que este pestilente estar se acabe de una buena vez, incluyendo los lugares comunes, tan comunes como citar lugares comunes.

Las palabras son lo único que quedan al final de las horas, palabras que describen, que destrozan, que salen como un ejercicio de limpieza en el lugar más inmundo del este mundo…jajajaja, que pendejo… ahora sigo esperando, siempre espero, los días a mitad de la semana, espero con paciencia. Escribo, con molestia, escribo y sigo escribiendo. Acabo de empezar otro cuento…es la historia de Genio Arturo…otra joda para contar cosas poco importantes, faltos de poética, faltos de mi, y que hago si es un maldito vicio…

AHHHH MUCHAS GRACIAS WALTER….ya la vas a pagar.

1 comentario:

  1. me gustó mucho la primera parrafada de este post... tiene mucho sonido, mucho sentido.

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