La calle está tímida el día de hoy, sol, cinco vestidos, cinco mil pesos, un almuerzo, me almuerzo el deseo de comer la utilidad, la ganancia…me veo, no, eso no ha pasado nunca, no suelo alucinar con el residuo de lo que podría llegar a ser, sin embargo, y con embargo puedo querer estar sentado en alguna mesa, con una botella de vino, la mesa contra un gran ventanal, la cabeza cargada, la silla de enfrente a solas, imagen de L tal vez…o media tonelada de tierra sobre el pecho, sin vino, muchos amigos juguetones almorzando pedazos de antiguos gustos…
Vamos a comer? Vamos por favor, dice mi gusanera a la tuya, los miasmas, palabra que siempre me ha gustado por lo de la combinación M, I, las combinaciones de letras son bonitas, llorar también…correr tras la botella desocupada es entretenido…L k.
Combinaciones será lo que toque hacer para mixturar cada idea estrutural de un buen cuento. De seguro pondré a mis gusanos a que revuelquen la maleza que me atora bajo un derroche de vino. Abrazos
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